Marino de España
- Alfonso Romero
- libro
- rústica
- 448
- 22x15 cms
- 84-7486-153-5
España, siglo XVI. Es tiempo de conflictos europeos, de arriesgadas aventuras coloniales, de inacabable guerra contra el Turco: frentes y más frentes que los súbditos de su Majestad Católica, deslumbrados por el fulgor de la gloria, no vacilan en cubrir a cambio de una mísera paga y la esperanza de un buen nombramiento.
Acudiendo solícito a la llamada de las armas encontramos a José de Talavera, arriscado joven de la Montaña cuyo destino no estará en la tierra sino en el mar: el mismo piélago azul al que dedicara sus sueños de la infancia, el mismo también que, agradecido, le irá elevando con imparable entusiasmo hasta las más altas cumbres de la fama y el honor.
Pero don José de Talavera, el mejor capitán de mar del rey de España, un héroe para muchos, no sólo posee las virtudes de la España de la época sino también esos defectos llamados a atraer sobre ella las sombrías nubes de la decadencia. Su espíritu de marino, valiente y leal como pocos, es a la vez en exceso apasionado hasta el punto de embarcarle en una última lucha, más cruenta y difícil de ganar que ninguna otra al ser él mismo, su propio corazón, el enemigo a batir.
- libro
- rústica
- 448
- 22x15 cms
- 84-7486-153-5
España, siglo XVI. Es tiempo de conflictos europeos, de arriesgadas aventuras coloniales, de inacabable guerra contra el Turco: frentes y más frentes que los súbditos de su Majestad Católica, deslumbrados por el fulgor de la gloria, no vacilan en cubrir a cambio de una mísera paga y la esperanza de un buen nombramiento.
Acudiendo solícito a la llamada de las armas encontramos a José de Talavera, arriscado joven de la Montaña cuyo destino no estará en la tierra sino en el mar: el mismo piélago azul al que dedicara sus sueños de la infancia, el mismo también que, agradecido, le irá elevando con imparable entusiasmo hasta las más altas cumbres de la fama y el honor.
Pero don José de Talavera, el mejor capitán de mar del rey de España, un héroe para muchos, no sólo posee las virtudes de la España de la época sino también esos defectos llamados a atraer sobre ella las sombrías nubes de la decadencia. Su espíritu de marino, valiente y leal como pocos, es a la vez en exceso apasionado hasta el punto de embarcarle en una última lucha, más cruenta y difícil de ganar que ninguna otra al ser él mismo, su propio corazón, el enemigo a batir.